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La c?dula real del 25 de abril de 1532 fue firmada por la reina a nombre de Carlos V en la que se le daba car?cter de Ciudad a Antequera. Esta hab?a tenido la jerarqu?a de villa desde 1521 cuando las primeras tropas de Orozco arribaron al valle, y posteriormente en 1526 cuando llegaron los primeros dominicos, pero estos intentos fueron, al parecer poco afortunados ya que tambi?n la tuvieron que ratificar como villa en 1529. Desde sus primeros reconocimientos militares, Oaxaca o Antequera como quisieron llamarle los espa?oles sin mucho ?xito, fue desde los or?genes de su fundaci?n, un bot?n en disputa.

Desde 1529 Carlos V expidi? una real c?dula en la que conced?a a Hern?n Cort?s el t?tulo de marqu?s del Valle de Oaxaca. Cort?s siempre deseoso de obtener m?s tierras para su marquesado reclamaba para s? una amplia extensi?n que ?l aseguraba, no ten?a ning?n asentamiento espa?ol, pero la Primera Audiencia resolvi? favorecer un nuevo emplazamiento hispano en las tierras del centro del Valle de Oaxaca que inicialmente se le hab?an mercedado. As?, Oaxaca cambi? de nombre a Antequera, aunque en contadas ocasiones se le denominaba indistintamente, o con los dos nombres: Oaxaca-Antequera, mientras que Oaxaca o Huaxyacac con un asentamiento ind?gena, seguir?a siendo parte de la merced otorgada a Cort?s.

No cabe duda que Cort?s era un gran estratega militar, pero su habilidad de poco sirvi? frente a un grupo de soldados cansados que deseaban tambi?n establecerse en el f?rtil Valle de Oaxaca ya que el clima no era tan inclemente como el que encontraron en Tututepec, poblaci?n de la costa del pac?fico oaxaque?o y capital del se?or?o mixteca a donde hab?an sido enviados por el marqu?s, mientras que las hostilidades de los indios del valle debieron ser considerablemente menores a las sufridas en la costa.

Cort?s ped?a a la Audiencia de M?xico que con base en la merced real de 1529 y nuevamente solicitada en 1532, se respetaran sus dominios que comprend?an cuatro villas. Solamente una de las villas que el marqu?s ped?a, a su vez ten?an trece pueblos sujetos a ella; as? Coyolapan, actualmente Cuilapan ten?a como sujetos a los pueblos de Tlalistac, Macuilx?chitl, Cimatl?n, Tepecimatl?n, Ocotl?n, Tlacochahuaya, Los Pe?oles, Huexolotitl?n, Cuyotepec, Teozapotl?n, Mitla, Tlacolula y Zapotl?n.

Como lo debi? entender r?pidamente Cort?s, los pueblos mercedados comprend?an no s?lo algunas cabeceras de importantes se?or?os, sino a los pueblos y estancias que se encontraban sujetos a estas cabeceras, por lo que estaba reclamando para s? una inmensa cantidad de tierras adem?s de sus veintitr?s mil vasallos. Al comprender que los problemas de jurisdicci?n les rebasaban, los oidores de la Segunda Audiencia prefirieron enfrentar la merced de los veintitr?s mil vasallos otorgada a Cort?s pensando que con esta acci?n se daban por concluidas las exigencias del marqu?s; sin embargo, tambi?n ello propici? serias confusiones al carecer de censos poblacionales as? como de una clara definici?n de lo que significaba un vasallo.

La reci?n constituida Ciudad de Antequera hab?a tenido su primer asiento formal a partir de la comisi?n conferida a Juan Pel?ez de Berrio, quien en su car?cter de alcalde mayor se le encomend? que fuera:

"?…a la dicha provincia de Guaxaca y mireis en ella el mejor asiento y sitio que os pareciera para en ?l fundar y edificar la dicha Villa de Antequera (?…) en el cual dicho sitio hareis hacer la traza de la dicha villa con mucho orden y concierto, las calles se?alando primeramente solares para la iglesia, hospital y casas de Cabildo y la vuestra y de todos los otros vecinos que llevais en una copia, los cuales han de ir luego con vos y mirando que a los alcaldes y regidores y los otros oficiales del Concejo se les den solares en lugares m?s preeminentes como en estas partes se acostumbra hacer y as? a los otros por este concierto seg?n la calidad de cada persona.

Para 1533, Carlos V daba temporalmente fin a los problemas que las mercedes de Cort?s le ocasionaban, precis?ndole que solamente le correspond?an los pueblos de Cuilapan, Oaxaca y Etla, aunque m?s tarde logr? que se a?adiera a su vasta extensi?n la poblaci?n de Santa Ana Tlapacoya, llam?ndose al conjunto "las cuatro villas marquesanas".

As?, a los pocos a?os de fundada la Ciudad de Antequera se comienzan a edificar importantes edificios, tanto de la administraci?n p?blica, como del orden religioso y privado. A continuaci?n se presenta la relaci?n de algunos de estos inmuebles que han podido ser localizados al analizar un plano de la Ciudad de Oaxaca elaborado en 1777 y su cotejamiento con informaci?n bibliogr?fica que especifica, en algunos casos, los cambios que estos han sufrido a lo largo de los a?os:

Templo de la Pur?sima Concepci?n

El templo de la Concepci?n fue construido por el obispo Ledesma en 1592, pero debido al temblor de 1604, ?ste sufri? severos da?os. Inicialmente fue colegio de jesuitas y despu?s convento de monjas. Cuando los jesuitas fueron desterrados de M?xico, las monjas de Regina Celi trasladaron a vivir al convento de la Compa??a de Jes?s (Casa Fuerte). Posteriormente el convento fue abandonado y a principios del siglo XIX se convirti? en c?rcel hasta que al trasladar la c?rcel al ex convento de Santa Catalina en 1862, en el edificio se instal? la Casa de Moneda que permaneci? en el lugar hasta fines del siglo XIX. Posteriormente la propiedad fue vendida a particulares, primero al general Mart?n Gonz?lez y ?ste al can?nigo Carlos Gracida quien traslad? al inmueble el Colegio del Esp?ritu Santo. Lo que queda de este inmueble actualmente corresponde a la panader?a Bambi y a la tienda de muebles anexa, ubicados en la esquina de las calles Garc?a Vigil y Morelos.

Colegio de Virgen

Al parecer fue construido a fines del siglo XVII. Este colegio m?s tarde fue llamada Colegio de Ni?as de Nuestra Se?ora de la Presentaci?n; posteriormente se fund? en el mismo lugar la Escuela Normal para Profesoras. A?os despu?s se ubic? el ayuntamiento de la ciudad. En 1938, para albergar las joyas descubiertas en la exploraci?n arqueol?gica de la tumba 7 de Monte Alb?n, se estableci? en el inmueble el Museo de Arqueolog?a. Hasta el a?o 2002 fue utilizado para albergar las oficinas de la Secretar?a de Desarrollo Tur?stico, encontr?ndose sin uso en la actualidad

Palacio Episcopal

Fue construido a mediados del siglo XVI y desde 1580 debi? haber sido la casa de los obispos de la Di?cesis. En el plano de 1777, el Palacio Episcopal, tambi?n conocido como ex Obispado, aparece localizado en la 1ª calle de la Libertad (actual Garc?a Vigil). Desconocemos si este edificio fue posteriormente reubicado en la 7ª de la Av. Independencia, que era conocida con anterioridad como la calle del Obispado.

Se sabe que poco tiempo despu?s de construido, el segundo obispo de Oaxaca, Fray Bernardo de Alburquerque don? su residencia para que la reci?n ?fundada orden de monjas, que posteriormente se establecer?an en el convento de Santa catalina de Sena pudiese tener donde vivir. Al parecer tuvo diversos usos ya que los subsecuentes obispos oaxaque?os vivieron en diversas casas sin que el Obispado los alojara. Posiblemente el Palacio Episcopal comprend?a una extensi?n mayor de lo que actualmente tiene, abarcando parte de la 1ª calle de la Libertad y parte de la 7ª de la Av. Independencia. En el Palacio Episcopal, que cont? con una c?rcel inquisitorial durante la colonia, se estableci? durante la insurgencia una fundidora de ca?ones y en 1869 fue ocupado como Palacio Federal.

Palacio Arzobispal

El edificio se localizaba entre la 1ª calle de Minerva (actual 20 de Noviembre), Colegio de Ni?as (Actual Av. Independencia) y enfrente a la alameda De Le?n. Este inmueble se construy? al parecer a mediados del siglo XVI.

De acuerdo con P?rez-Moreno este edificio se convirti? s?lo hasta 1849 en el Palacio Arzobispal pero durante 1865 y 1866, el obispo Jos? Mar?a Covarrubias tuvo por residencia la casa que actualmente alberga a la Facultad de Arquitectura 5 de Mayo (entre las calles 5 de Mayo y Av. Independencia), y el siguiente obispo, Vicente M?rquez vivi? durante 20 a?os en la casa localizada enfrente del Palacio Arzobispal en la que posteriormente ser?a el Banco Minero y en la actualidad convertida en el Hotel Antonio (ubicado en la esquina de Av. Independencia y Porfirio D?az).

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Desde principios del siglo XIX, el inmueble pas? a manos de la familia Fogoaga pero a mediados del mismo siglo era propiedad del Sr. Joaqu?n Vasconcelos, quien posteriormente lo vendi? al obispo Vicente M?rquez y este a su vez en 1888 se lo vendi? al arzobispo Gillow, quien se encarg? de reconstruirlo desde sus cimientos. En la actualidad el inmueble que ocupa el espacio del Palacio Arzobispal funciona como oficinas de Correos y Tel?grafos.

Desde principios del siglo XIX, el inmueble pas? a manos de la familia Fogoaga pero a mediados del mismo siglo era propiedad del Sr. Joaqu?n Vasconcelos, quien posteriormente lo vendi? al obispo Vicente M?rquez y este a su vez en 1888 se lo vendi? al arzobispo Gillow, quien se encarg? de reconstruirlo desde sus cimientos. En la actualidad el inmueble que ocupa el espacio del Palacio Arzobispal funciona como oficinas de Correos y Tel?grafos.

La Alh?ndiga

Este edificio fue construido para almacenar los granos que el posito compraba adem?s de los que los encomenderos estaban obligados a entregar en consignaci?n para su venta. La autorizaci?n para su instalaci?n se otorg? en 1690 en la parte sur de las Casas Reales, sobre la calle de la Carnicer?a (actual Las Casas) por tener junto a su dep?sito el expendio de carne para la ciudad.

Posteriormente, a mediados del siglo XVIII se autoriz? la construcci?n de una nueva Alh?ndiga y al parecer ?sta se empez? a edificar desde 1753; sin embargo, faltando solamente dos mil pesos para concluirla (lo cual indica que estaba avanzada su construcci?n), a?n aparece 22 a?os despu?s de su factible conclusi?n localizada en el plano de 1777 en su lugar original, es decir, en el costado oriente de la Plaza de San Juan de Dios, en lo que fuera la propiedad del regidor Luis Ram?rez de Aguilar.

La Aduana

El inmueble que en 1777 albergaba a la Aduana se ubicaba en la actual calle 5 de Mayo y Av. Independencia, aunque pudiera estar en gran parte de la manzana que forman estas calles. A principios del siglo XIX la Tesorer?a y Aduana del Estado fue reubicada en la calle de Hidalgo, esquina con 20 de Noviembre, por tal motivo la actual calle de Hidalgo se conoc?a hasta 1848 como la 1ª calle de la Aduana. Seg?n Jim?nez y Gonz?lez la Aduana estaba localizada en el mismo lugar que la Alh?ndiga, pero al parecer, la aduana se organiz? hasta 1777, con el establecimiento de la Hacienda Real.

Estanco de Tabaco

Durante el gobierno de Carlos III se monopolizaron todas las industrias que en ese entonces se consideraban prioritarias para la econom?a peninsular. Por ello, por medio de la c?dula real del 2 de enero de 1776 implanta en Nueva Espa?a el Estanco de Tabaco. Este edificio se localizaba en la 7ª calle de Hidalgo, aunque al igual que el de la Aduana que aparece en el mapa de 1777, pudo abarcar gran parte de la manzana donde se ubicaba. Ya en el plano de Manuel Gij?n de 1808, el Estanco de Tabaco o Factor?a de Tabaco se localizaba en la esquina de la 2ª calle de Benito Ju?rez (actual Macedonio Alcal?) y la 6ª calle de Morelos. Actualmente en este edificio se localiza el Monte de Piedad que tambi?n fue cambiado de la manzana de enfrente y que ahora es el gimnasio de la UABJO.

Consolidaci?n de la Ciudad de Antequera.

Las observaciones de Mendoza no evitaron el crecimiento de la ciudad hacia el sur de la plaza del Marqu?s. M?s bien, llevaron a los antequerenses a tomar las medidas que remediaran lo se?alado por el virrey saliente. Ello ocurri? un decenio despu?s, al emprenderse en las obras de desviaci?n y control del cause del r?o Atoyac, 1561, para las que se requiri? el concurso de 500 ind?genas que se ocuparon de las tareas de relleno. Parece ser que a partir de esta obra comenz? el desarrollo de la parte sur de Antequera, y al mismo tiempo, se establecieron los primeros compromisos con nuevos grupos ind?genas deseosos de avecindarse cerca de la ciudad, en lo que despu?s fue el pueblo de la Sant?sima Trinidad de las Huertas.

Antequera comenz? as? un proceso de consolidaci?n basado en el poblamiento de espa?oles y de ind?genas. Ya la Relaci?n Geogr?fica de 1579 menciona que para entonces hab?a en la ciudad 500 vecinos espa?oles y 300 "nabor?os", es decir, ind?genas cuya manutenci?n se sosten?a para ocuparlos en diversas tareas de construcci?n y otros servicios. S?lo con su concurso hab?a sido posible levantar la primera catedral, concluida ese mismo a?o. Ellos intervendr?an tambi?n en la obra del convento de Santo Domingo, en proceso por aquel entonces.

El fortalecimiento gradual de los poblados ind?genas circunvecinos no era menor que el de la misma Antequera, aunque segu?a sujeto al dominio del Marquesado, que para entonces hab?a pasado de Cort?s a su hijo Mart?n, y de ?ste ?ltimo a sus sucesores. En 1580, el cacique de San Juan Chapultepec reparti? tierras a nuevos avecindados ind?genas, con la condici?n de que los beneficiarios reconocieran "como se?or al Marqu?s".

La poblaci?n ind?gena en general, tanto urbana como rural, enfrentaba diversos problemas. El m?s importante fue el azote de las enfermedades, que se inici? desde el mismo momento de la Conquista y no ces? sino hasta bien entrado el siglo XVII. La poblaci?n estimada de 350,000 ind?genas en los Valles de Oaxaca a la llegada de los espa?oles, hab?a descendido en 1630 a su l?mite m?s bajo: tal vez unos 40,000 ? 45,000 habitantes.

La interacci?n entre la poblaci?n espa?ola asentada en ciudades y los grupos ind?genas en pueblos cercanos, fue un fen?meno frecuente durante el virreinato, pero ha sido insuficientemente estudiado en todas sus variantes. El caso de Antequera, por ejemplo, es peculiar, ya que la cercan?a e interdependencia entre indios y espa?oles era mayor que en M?xico o en Puebla. Adem?s los ind?genas en el anillo de pueblos del Marquesado en torno a Antequera eran de origen mexica, los que los diferenciaba del resto de los poblados del valle, habitados por etnias zapotecas y mixtecas. A medida que transcurr?a el virreinato, algunos de los pueblos nahuas como Jalatlaco, Xochimilco y Santa Mar?a Oaxaca se fueron convirtiendo suburbios de Antequera. En ellos, otros inmigrantes zapotecos y mixtecos se ve?an obligados a aprender el n?huatl y el espa?ol para adaptarse al ambiente cada vez m?s urbano que ah? prevalec?a.

Entre 1630 y 1640 se inici? la explotaci?n organizada de la tierra en el valle a base de peque?as haciendas. Esta nueva actividad compens? en parte la supresi?n, por aquella ?poca, de los nexos comerciales con el Per?, que part?an de la costa oaxaque?a. Se viv?a, al fin y al cabo, el llamado "siglo de la depresi?n" en la Nueva Espa?a, y como consecuencia, el decaimiento de algunas actividades como miner?a, que en 1650 parec?a extinguirse en la regi?n. No obstante, la ciudad segu?a fortaleci?ndose, incluso recuper?ndose de las adversidades s?smicas. A principio del siglo XVII se hab?a dado terminado al conjunto de Santo Domingo que ahora conocemos (todav?a sin la capilla del Rosario), iniciado el siglo anterior, y Antequera pod?a enorgullecerse de las versiones iniciales de la Catedral, el templo de la Compa??a, San Agust?n y San Francisco, cubiertas todav?a por estructuras de madera con tejado a dos aguas. En la segunda mitad de esa centuria, los ?ltimos cuartos por ejemplo, y otros nuevos como la Merced, la Soledad y Guadalupe, se cubrieron a base de b?vedas.

Para 1661, seg?n un censo tributario, la Ciudad de Antequera estaba formada por diez barrios: Coyula (donde ahora se encuentra la Consolaci?n), China (al suroeste), la Merced, San Pablo, Santa Catarina de los indios, el Cerro, la Soledad, la Vera Cruz (en torno al Carmen Alto), San Agust?n y San Francisco. Para entonces, la ciudad contaba con 3,000 habitantes, seg?n algunos autores, y con 6,000 seg?n otros.

Parece ser que a pasar de algunos periodos de escasez y carest?a como el que se registr? en 1681. Antequera no cesaba de progresar. En 1685 se reanud? el comercio con Centroam?rica y el Per?, lo que la benefici? como punto importante y obligado en ambos trayectos. En 1690 se estableci? la Alh?ndiga. Las artesan?as tambi?n florec?an gracias a los indios de los poblados circunvecinos. En Jalatlaco, por ejemplo, se registro a fines del siglo XVII una elevada proporci?n de alba?iles, el 22%, lo que tambi?n habla de la incesante actividad constructiva en la ciudad.


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